Tantra: Hacer del sexo una experiencia sublime
La sexualidad es parte esencial y fundamental de nuestra vida. Nacemos de un encuentro sexual de nuestro padre y nuestra madre. Nuetras primeras células son sexuales. Esto que parece tan obvio y tan sabido por todos, es una de las razones que da origen a una de las corrientes espirituales más antiguas y transformadoras de oriente: El Tantra
Cuando hablamos del Tantra, inmediatamente surge para muchos la asociación con el acto sexual, con el sexo. Si bien el Tantra incorpora dentro de sus principios la enseñanza de ejercicios, técnicas, respiraciones, masajes y otros para mejorar y hacer más profundo y placentero el encuentro sexual, su enfoque de desarrollo va mucho más allá, abarcando todos los ámbitos de la vida, desde las relaciones interpersonales, hasta la más elevada y sagrada unión espiritual.
En este artículo abordaremos precisamente la visión tántrica para comprender como nuestro acto sexual nos puede llevar hacia niveles más profundos de comprensión de nuestra vida y despertar de nuestra consciencia y espiritualidad.
La vida en este plano de la materia comienza con el sexo, gracias a nuestra energía sexual. Es por eso que el Tantra lo aborda tan profundamente, pues pretende ir al origen mismo de esta vida y así poder comprenderla.
El sexo guarda enormes secretos y “llaves maestras” para conectar con nuestra individualidad y desde la visión tantrica integra mucho más que sólo el aspecto físico, sino que penetramos en otros niveles de expresión de la vida, como lo son la esfera emocional, energética, mental y espiritual.
Cuando nosotros hacemos el amor o tenemos sexo con alguien, no sólo estamos intercambiando besos, abrazos o fluidos corporales; No, detrás de todo esto hay una profunda unión a nivel energético y emocional (querámoslo o no). Todos nuestros flujos de energía, emociones e incluso pensamientos se ven entrelazados. Se genera una integración en los niveles más profundos de nuestro ser. De hecho para el Tantra la unión sexual es la unión más profunda que pueda existir entre dos personas. No hay nada superior a eso y por esta razón se le otorga un enorme grado de importancia y sacralidad. No hay nada más sagrado que puedas compartir con otra persona.
Tomando esta comprensión es entonces que volvemos a mirar nuestra vida cotidiana, a nuestro momento presente.
Si hacemos la pregunta ¿A quién le gustaría ser más feliz, vivir más dichosamente, experienciar niveles más profundos de amor, alegría y comprensión?, con certeza todos diríamos… ¡Yo!
Todos queremos ser más felices, más plenos y en lo más profundo de nuestro ser (aunque quizás no lo hagamos consciente) existe el anhelo de comprender, de regresar a vivir en unión con toda la existencia…de regresar a esa esencia divina.
Entonces ¿Qué podemos hacer? ¿Por dónde comenzar?
El Tantra te propone comenzar por el origen, por lo natural, por lo esencial para la vida.
El sexo o la comprensión y aceptación de tu energía sexual están en este origen.
Comencemos a darle mayor importancia a nuestro acto sexual. No sólo en el sentido de buscar mayor placer o de satisfacer nuestros deseos de sentirnos queridos, valorados o deseados o simplemente de satisfacer nuestro ego. Démosle más importancia al sexo en el sentido de los enormes beneficios que puede traer para nuestra vida y para la vida de nuestro amado o amada. Permitámonos explorar un poco más allá de lo que hemos hecho hasta ahora, si se incrementa el placer físico bienvenido, pero no nos detengamos ahí. Hay una enorme gama de sensaciones y experiencia que están ocultas en la unión sexual. Experiencias que te pueden brindar enormes y profundos momentos de dicha y plenitud. Experiencias que te pueden ayudar a ampliar tu comprensión sobre ti mismo y sobre la vida que te rodea. Experiencias que te pueden otorgar la más grande y sublime sensación de unión y conexión espiritual, de ser parte de lo divino, de encontrar a Dios en tu interior y en el interior de tu amado (a)