Lo esencial
Nacemos, crecemos, nos educamos para ser “alguien en la vida” y sentirnos útiles en la sociedad, porque así se nos enseña desde pequeños y es lo que todo el mundo espera de nosotros. Y nuestros propios sueños (muchas veces impuestos desde los sueños no realizados de nuestros propios seres queridos) toman ese rumbo también. Comenzamos por educarnos en universidades para ser profesionales, trabajamos, nos sentimos útiles, generamos más y más dinero y compramos más y más cosas que no necesitamos. Y esa es la forma en que se mide el nivel de “éxito” que tiene tu vida. Eres una persona exitosa si tienes una casa grande y un jardín bonito y llamativo, si te ascendieron de puesto el mes pasado, y si tienes el último modelo del auto deportivo del año. Entre más acomodado te veas, más exitoso eres. Y la sociedad te valora, te hace sentir especial. Te llaman y te ofrecen créditos, casas, oportunidades. Es un círculo vicioso. Entre más tienes, más compras, y más te insertas en la burbuja de las ilusiones y engaños llamada Sociedad.
Quiero hacer un alto aquí, para hacerte una pregunta: ¿Para qué? Tanto correr, tanto trabajar, tanto producir. ¿Con que finalidad? Es un hecho que el estilo de vida que la mayoría de las personas llevan el día de hoy las está enfermando. Estrés, depresión, ansiedad: las enfermedades del siglo XXI. Nuestro sistema inmune es sumamente sensible a los cambios emocionales. Cuando nos encontramos haciendo algo que no nos agrada, cuando estamos presionados, cuando pensamos demasiado y nos preocupamos en exceso…nuestro cuerpo enferma. Es la manera que nuestro templo tiene de decirnos BASTA. Pero no lo escuchamos. Enfermamos, vamos al médico, escondemos los síntomas intoxicando nuestro cuerpo con fármacos que no necesitamos. Pero nos hacen sentir mejor, ¿verdad? Y como nos sentimos mejor, creemos que todo está solucionado. Sin embargo hay algo que no va bien. Podemos hacer caso omiso a las señales, pero no por mucho tiempo. Más temprano que tarde deberemos despertar. Y entre más nos resistimos a este despertar, más y más nos remece la vida. Y es allí cuando nos preguntamos, “¿Por qué a mí? ¿Por qué me suceden estas cosas si yo no me lo merezco? Soy un buen ciudadano, productivo, exitoso, tengo todo para ser feliz. Pero no lo soy. ¿Por qué?”
La respuesta es simple: ser “exitoso” no es tu verdadero propósito en la vida. Ser “exitoso” es un propósito que la Sociedad misma nos ha impuesto, para mantenernos dormidos, para mantenernos ocupados produciendo pilas y pilas de dinero que acabara enriqueciendo siempre a los mismos. Y nosotros, mientras tanto, nos sentimos demasiado agotados y demasiado pequeños para rebelarnos contra este sistema opresor. Hemos ido lentamente perdiendo nuestro brillo propio, opacado por la codicia y el ego que reinan en lo material.
Ya es tiempo de decir BASTA. Es tiempo de desobedecer a lo que nos ha sido impuesto desde siempre. Es tiempo de escuchar a nuestro corazón. ¿Cuál es el sentido de vivir? Pues ninguno. No hay ningún propósito o meta que cumplir más que la vida misma. Nuestra existencia ya es un fin en sí mismo, somos la vida manifestada a través de nuestra experiencia humana. El único sentido que eso puede tener es VIVIR. El único propósito que la vida puede tener es simplemente vivirla, disfrutarla, saborearla. Cada momento, simplemente respirando el AHORA.
Estar en el presente es algo que nos cuesta, porque se nos ha inculcado que siempre debemos estar centrado en las responsabilidades futuras. Pero el futuro no es más que una ilusión. No existe. Solo un presente infinito. Un presente perfecto, respiramos, estamos vivos, estamos aquí. Siento mi corazón latir, mi respiración, siento el sol de las mañanas que me da la bienvenida a nueva vida, conecto con la naturaleza y la Tierra que me cobija, la bondadosa Tierra que me alimenta y es mi Hogar. Hay que mirar hacia la Tierra y recordar que no es necesario tanto bienestar económico, pero lo que si es necesario es vincularnos a lo esencial. Y lo esencial es LA VIDA, el AMOR. No hay mayor secreto que este: el amor es la alquimia. El amor todo lo transforma en luz.
Los invito a mirar en el presente. A dejar de pre-ocuparse y a ocuparse más. Los invito a hacer las cosas que les gustan, a salir a la ventana a mirar la luna y las estrellas, a preguntarnos diariamente ¿para qué hago esto? ¿Me hace realmente feliz? Los invito a mirar en su propio interior, a profundizar en su propio ser divino dormido, a despertar de la ilusión y el engaño de vivir en una sociedad que valora a las personas por lo que tienen y no por lo que son. Los invito a ser rebeldes, a cuestionar TODO, a hacer siempre lo que su propio corazón les muestre. Los invito a bailar, a cantar, a sonreírle a las personas en el metro solo porque sí. Los invito a dar amor sin pedir nada a cambio, sin esperar nada de nadie ni de la vida misma. A contagiar alegría de vivir y amor por todos los seres vivientes de este planeta. Hoy, queridos amigos, simplemente los invito a VIVIR.